San José
Sobre la misma tierra que hoy se asienta el Complejo Cultural de San José, en el año 1.561 y ocupando una vieja ermita que allí se encontraba, se fundó el antiguo convento donde tomaron sus hábitos San Pascual Bailón y el beato Andrés Hibernón. Posteriormente en el año 1.678 se levantó el edificio que conocemos actualmente.
Se trata de uno de los pocos edificios históricos que se sitúan a la derecha del Vinalopó, en tierras del moderno casco urbano. Su parroquia dio nombre a la partida rural donde estaba enclavada. A raíz del ensanche urbano del siglo XX, ha dado lugar a un amplio y poblado barrio que recibe el nombre de Plá de San Josep.

Iglesia de San José y Replaceta del Sto. Cristo de Zalamea
Al visitante le puede extrañar que trate de recomendar su visita a este templo. Cuando asome entre las calles San José o Santa Ana, y observe al final de la misma la iglesia, verá que la ornamentación artística parece que la haya dejado olvidada. La fachada, propia de un convento carente de recursos económicos no es otra cosa que una pared recta sin ningún tipo de relieves ni columnas. Pero si la nombramos aquí es porque dentro de esa fábrica geométrica, creemos que la decoración que abarca, sí merece dedicarle aunque solo sean unos minutos para su visita.
Podemos afirmar que esta pequeña y olvidada iglesia posee un excelente gusto en la decoración, de características sencillas y enmarcado dentro de lo que fue el arte rural levantino, y con una buena restauración, sería una joya del barroco valenciano.

Vista general del interior de la iglesia
El templo tiene forma de cruz latina, con techo adintelado y careciendo de cúpula central.
El techo se encuentra decorado con diversas pinturas al temple, representando imágenes bíblicas y complementadas con figuras y dibujos al tono.
El suelo ajedrezado, en blanco y negro, junto a los detalles pictóricos sobre las paredes, columnas y techo, en tono azulado, le confieren el característico estilo barroca valenciano.
La decoración de su interior se llevó a cabo entre finales del siglo XVII y principios de XVIII. La falta e recursos económicos que siempre ha padecido, hace que sus materiales sean pobres, pues prevalece el yeso, ahora bien, han sabido darle son sus pinturas y acabados, la elegancia que por sí solo no habrían podido presentar.
Lo más destacado es su bello retablo del altar mayor. Entre cuatro buenas pinturas, que representan a mártires franciscanos, encontramos la figura de San José, presidiendo el altar, y coronado por una pintura de la Sagrada Familia. Todo ello entre relieves de columnas clásicas con la base decorada, y salomónicas con cinco vueltas de espiral, rematadas por otros materiales decorativos de talla dorada.

Altar mayor de San José
De entre sus capillas destacaremos a un lado la dedicada a la figura de Fray Pedro de Alcántara, con una pintura rodeada de columnas doradas, y pinturas al fresco sobre la pequeña cúpula.

Capilla de Fray Pedro de Alcántara
Al otro lado debemos citar la capilla de San Pascual, formada por un retablo que encierra la figura de dicho santo, acompañada de pinturas laterales representando escenas de mismo. El pequeño retablo está formado por figuras y elementos propiamente barrocos, como las columnas salomónicas extraordinariamente ornamentadas con motivos vegetales, todo ello acabado en dorado.

Capilla de San Pascual

Detalle de pinturas al fresco
La capilla de Santa Ana y la Virgen Niña, destaca por la abundancia de figuras volumétricas, a pesar de carecer de policromía, pues todas ellas se presentan en yeso acabado al natural. Indiscutiblemente barroco puro. Una pequeña hornacina en el centro, con la imagen de Santa Ana y la Virgen Niña, custodiadas lateralmente por dos imágenes decapitadas.

Capilla de Santa Ana y la Virgen Niña
La capilla de San Cayetano y el Niño Jesús está formada por ornamentos propios del barroco, compuestos por dos columnas salomónicas, adornadas con guirnaldas. Nuevamente custodiadas por dos figuras de mártires franciscanos, mancas y decapitadas. Todo ello rematado por la representación de la Santísima Trinidad, coronando el altar.

Capilla de San Cayetano y El Niño Jesús
Tiene un pequeño claustro reformado, que hoy en día está integrado con la Biblioteca Pedro Ibarra que ocupa parte de las instalaciones del antiguo convento.

Claustro de San José
Pegada a la iglesia, encontramos la Replaceta del Stmo. Cristo de Zalamea. Pequeña y coqueta plaza, coronada por una reproducción de la Cruz de Término que se encontraba a la salida de Elche por el antiguo camino de Orihuela.

Reproducción de la Cruz de Término del camino de Orihuela
El conjunto de la iglesia se encuentra bastante deteriorado por el paso de tiempo y la falta de recursos económicos para poder efectuar las oportunas restauraciones que eviten que los años se lleven consigo las riquezas que nuestros antepasados nos legaron.
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